La recta final

Faltan seis días para hacer historia o no. El próximo sábado, a estas horas, el de aquí puede ser un PP pionero y envidiable o un PP igual, sin cambios. Sabemos que la candidatura oficial defiende ahora lo que rechazaba hace unas semanas. Sabemos que incluso ahora promete lo que antes aborrecía. No nos preocupa, sabemos también que su credibilidad es cuestionable. Sabemos que dicen que lo que más les importa es la 'unidad', etérea e impalpable, indefinida y sospechosa, pero insistente y machacona. Sabemos que en la cartelería destacan dos palabras: ideas y coraje, y sabemos que de ambas carecen. Las ideas son las que desecharon cuando gobernaron y excluyeron en 2008, y el coraje es el que les faltó para plantar cara a los corruptos, a los propios y a los extraños, para renovar el partido y para defender nuestros principios. A seis días de la cita con las urnas sabemos que no se atreven a mentar el cambio porque saben que yendo de la mano de Estarás, Cañellas, Rodríguez, Fiol, Rotger el afiliado puede sentirse, y con razón, insultado. Todo esto es suficiente para saber que si de la candidatura oficial dependiese, el día siete de marzo todo seguiría igual. El partido estaría en manos de los cada vez más poderosos jefes locales, los pactos humillantes con UM serían el pan nuestro de cada día, las ambigüedades en cuestiones de identidad nuestra constante y el catalanismo camparía a sus anchas en unas islas en las que en nombre de la moderación y la unidad seguiríamos igual. Y seguir igual es ir a peor. Lo sabemos porque ya ha pasado.

Pero como el día seis vencerá la candidatura de los afiliados, la candidatura de Carlos Delgado, moderación dejará de ser sinónimo de miedo y unidad no significará seguidismo ciego. Y el día siete el Partido Popular volverá a ser lo que nunca debió de dejar de ser. Ya no será el partido de los barones, ni el partido del punto cat. No será una organización en la que manden politisaurios de los años ochenta ni de aquellos quienes no se atreven a defender lo balear por miedo a enfrentarse a los catalanistas. No será este un partido regionalista ni el partido de Maria de la Pau, no se ansiará el poder por encima de todas las cosas y al precio que sea. El día siete será el día en el que los afiliados tomen el mando, lleven las riendas y sientan que por fín, y ya era hora, la militancia y el partido avanzan en la misma dirección. Solo ese será el día en el que el Partido Popular podrá mirar a los ojos del militante y el militante podrá defender sin vergüenza las siglas del PP. Y solo entonces ganaremos las elecciones.

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De vergüenza

En el ayuntamiento de Palma la ex alcaldesa se planta y chantajea a su propio partido, el trono local es suyo o de nadie. En el Consell Insular parece estar todo listo para que Font, imputado, se corone como Rey insular mientras en el Parlament regional nadie hace caso a un Bauzá que hace caso a todos. Después de decir en Público que 'jamás firmaríamos una moción de censura con UM' tan solo necesitó 48 horas para no descartar la moción de censura. Marioneta de los de siempre, como lo fuese Estarás, José Ramón Bauzá no tiene ni voz ni voto y cunde la sensación de que es el mejor de los candidatos para que los de siempre sigan haciendo lo de siempre. Los militantes no queremos llegar al poder retomando la senda de los pactos inmorales con el partido político más corrupto de España, eso es lo que interesa a unos políticos hambrientos de poder, de coche oficial y despacho con vistas. Harán lo que quieran sin consultarnos, pero parecen haber olvidado que, lo quieran o no, en un año nos toca hablar y entonces pondremos a todos en su sitio. Si ya lo hicimos en 1999 y en 2007 ¿qué les hace pensar que no hay dos sin tres?

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Carlos Delgado y NNGG

Algunos jóvenes de NNGG han mostrado su apoyo a José Ramón Bauzá. Otros muchos votan a Carlos Delgado. Pero los primeros protagonizan titulares en los medios de comunicación y los segundos no. Y no solo eso, los primeros se permiten el lujo de hablar en nombre de todos, también en nombre de los segundos. La diferencia entre unos y otros es que los jóvenes que han apoyado a Bauzá son los que ocupan las ejecutivas de la organización juvenil, y se extralimitan vendiendo que los jóvenes de NNGG están con el candidato oficial. Qué casualidad... siempre con el candidato oficial.

Habiendo renunciado a ese espíritu inquieto y crítico, resignándose a no ser más que un instrumento pequeño y maleable en manos del aparato y jugando a políticos más empeñados en acumular cargos que en transformar la sociedad, no hablan en nombre de los jóvenes del PP. Es vox populi el mal trato que recibió NNGG por parte del aparato de Estarás. Por aquel entonces Bauzá ya era aparato... y calló. Ahora, dóciles, corren a hacerse fotos un Bauzá que es más de lo mismo.

El candidato renovador Carlos Delgado parece no tener ningún interés en fotografiarse con cúpulas o cupulillas. El voto del afiliado vale exactamente lo mismo. Por ello se reunirá en un acto abierto con jóvenes afiliados del PP que no regalan su voto, que quieren informarse y sacar sus propias conclusiones. Con estos jóvenes se reunirá Delgado el próximo día 2 de marzo a las 20h en el Palas Atenea, porque esos sí son los jóvenes que van a liderar el cambio.

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Somos los afiliados

En los últimos días se confirman tendencias. La candidatura de Carlos Delgado avanza con paso firme y seguro, levantando pasiones y ganando adeptos a la vez que José Ramón Bauzá pierde gas y comete errores de bulto que se sustentan en un discurso contradictorio para los bienpiensados, y en una asuencia de proyecto para los malpensados.

No vamos a analizar los errores de Bauzá porque nuestro objetivo es hablar de Delgado, pero lo cierto es que si el PP está hoy en la oposición es porque hemos dicho ¡basta ya! a la ambigüedad, al nadar entre dos aguas y sin mojarse. Algo que parece no entender José Ramón. Esto en lo que respecta a la militancia, porque en lo que respecta a la sociedad en general lo que ahora necesitamos más que nunca, en un escenario marcado por una horrible crisis económica y salpicado por la corrupción, con unas instituciones paralizadas por la incompetencia del Pacte, es un político serio y riguroso, sin bandazos, con las ideas bien claras y alejado de ocurrencias que desmiente a las 24 horas y confirma a las 48.

Carlos Delgado gana en las distancias cortas y arrasa allá donde va. No hace falta más que pasarse por una de las reuniones explicativas que viene celebrando en los últimos días para confirmar ese cambio de tendencia, ese aire renovador que los militantes esperábamos como agua de mayo. Aforos hasta los topes, aplausos constantes, preguntas, consejos... la militancia ve en Delgado su candidato, nuestro candidato, mientras la opción del aparato busca precisamente al aparato para hacerse fotos. Pero es que ahora el voto del presidente de la junta local vale lo mismo que el del afiliado de base.

Por último, un nuevo signo de lo bien que lo está haciendo Delgado es la reacción del aparato, cuyos seguidores dan constantes muestras de un nerviosismo que roza la histeria y que utiliza los medios del partido para, como vimos ayer, llamar a los afiliados en nombre del Partido Popular para decirles que 'hay que votar a Bauzá'. No solo supone una vergüenza sino un motivo más para ir a votar en masa para enterrar estas prácticas, por el cambio, por Carlos Delgado.

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La unidad

Carlos Delgado promete que, de ganar el próximo Congreso Extraordinario, ofrecerá el 50% de los cargos a las candidaturas perdedoras. Los partidarios de Bauzá han convertido en su principal argumento aquel que viene a decir que José Ramón es el único candidato capaz de garantizar la unidad del partido. Sin embargo Bauzá no ha respondido a la promesa de Delgado, no ha ofrecido esa misma integración en caso de vencer. Calla. José Ramón, político honrado y serio que podría haber tenido un glorioso futuro de no haberse entregado a los brazos de los de siempre, es por otra parte el lider circunstancial de una nebulosa de políticos que han manejado las riendas del partido desde los tiempos de Cañellas, que sobrevivieron a Matas y Estarás y seguirán ahí cuando se marche Bauzá, manteniendo las ventanas cerradas, respirando un aire viciado y rancio insoportable para la mayoría de la militancia y, claramente, para la sociedad balear que por dos veces ha mandado al PP a la oposición y volverá a hacerlo en 2011 si los punto cat siguen atrincherándose usando a Jaume, a Rosa o a Bauzá como testaferros. Carlos Delgado ofreció el viernes pasado la mitad de los cargos a los perdedores. A día de hoy, Bauzá sigue sin recoger el guante.

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